Observó su sombra. Contó siete hormigas que corrían a través de él y las observó desaparecer frenéticamente en las grietas del concreto. Se sentó sobre sus manos mientras sus piernas se balanceaban, la parte superior de los dedos de sus pies golpeando el suelo. Sabía que ella se iba, pero no se lo había dicho. Estaba de duelo por algo no dicho. Estaba emocionada y asustada por el repentino cambio en el clima. Las nubes habían rodado y los cielos oscurecidos empañaron el contorno de su sombra. El olor a lluvia inminente flotaba en el aire y los vientos se levantaron a su alrededor. Ambos sintieron que sus palabras se romperían cuando los cielos se abrieran. La electricidad de la tormenta zumbaba en el aire cuando las primeras gotas de lluvia golpeaban sus rostros. Se puso de pie y habló. Ella le dijo que la clave de la felicidad es aceptar que la vida es agridulce. Su sombra estaba manchada con las lluvias de la tormenta.
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Observó su sombra. Contó siete hormigas que corrían a través de él y las observó desaparecer frenéticamente en las grietas del concreto. Se sentó sobre sus manos mientras sus piernas se balanceaban, la parte superior de los dedos de sus pies golpeando el suelo. Sabía que ella se iba, pero no se lo había dicho. Estaba de duelo por algo no dicho. Estaba emocionada y asustada por el repentino cambio en el clima. Las nubes habían rodado y los cielos oscurecidos empañaron el contorno de su sombra. El olor a lluvia inminente flotaba en el aire y los vientos se levantaron a su alrededor. Ambos sintieron que sus palabras se romperían cuando los cielos se abrieran. La electricidad de la tormenta zumbaba en el aire cuando las primeras gotas de lluvia golpeaban sus rostros. Se puso de pie y habló. Ella le dijo que la clave de la felicidad es aceptar que la vida es agridulce. Su sombra estaba manchada con las lluvias de la tormenta.